Si vemos lo que se paga en Chile por 80 g de pistachos, todo indicaría que producirlo es un buen negocio. El reto es obtener desde 2.000 kilos por hectárea hacia arriba, de manera consistente. Hay casos que están demostrando que se puede hacer, pero ha habido otros en los cuales pese a crecer bien, los árboles no dan fruta. Una cuidadosa localización del huerto; una buena selección de las variedades, portainjertos y polinizantes; el manejo tecnificado de la nutrición y el riego, más el equipamiento para el proceso, son aspectos relevantes. Entre las ventajas: es “anti robos”, el árbol produce por 80 años o más, necesita menos agua que otros frutales caducifolios, el fruto puede almacenarse por mucho tiempo, se complementa con ciruela seca o nogales, y se puede exportar.

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